La incorporación del vehículo autónomo a las carreteras podría suponer una reducción de la siniestralidad vial, ya que este tipo de vehículos son más seguros, según han indicado diferentes representantes del sector del automóvil y de empresas en el marco del Global Mobility Call organizado por Ifema Madrid.Esta ha sido la principal conclusión que se ha extraído de una mesa redonda en la que han participado el director general de MAN Trucks & Bus Iberia, Stephane de Creisquer; el director general de Audi España, José Miguel Aparicio; el director del área de Seguridad y Prevención de la Fundación Mapfre, Jesús Monclús; el responsable de Soluciones de Movilidad y Metering en el área de IoT y Big Data de Telefónica Tech, Borja Gómez. Moderada por la directora del área económica y de logística de Anfac, Aránzazu Mur.
Los ponentes han coincidido en que es necesaria una regulación europea y a nivel nacional, poniendo sobre la mesa preguntas como quién sería el responsable en un accidente de tráfico y qué debe proteger a quien sufre el siniestro. En algunos países como Alemania ya existe una legislación sobre conducción autónoma.
Junto al reto legal existe un reto cultural y un reto tecnológico, aunque ya se posee la tecnología, se debe integrar toda completamente en un sólo ecosistema.
Por otro lado, han señalado que el vehículo autónomo, pese a los retos que presenta, tiene muchas ventajas. Este tipo de vehículos supondría una solución para las personas que no pueden desplazarse, además ayudaría a la fluidez del tráfico y se podría reducir la extensión dedicada a parking en las ciudades.
Pese a todo, Aparicio ha señalado que la autónoma de nivel 4 en los vehículos está «todavía muy lejos», aunque la de nivel 3 está ya cerca de aplicarse a los vehículos de serie.
Sin embargo, todos los ponentes han coincidido en que «queda mucho camino por recorrer» en términos de conducción autónoma, pero han mostrado su confianza en que España se posicione a la cabeza de esta carrera.