En el décimo mes de 2023, las entregas de coches diésel en Reino Unido se redujeron un 17,1% interanual, con 5.261 unidades, y las de gasolina crecieron un 9,3%, hasta 62.303 unidades, al tiempo que las ventas de modelos 100% eléctricos fueron de 23.943 unidades, un 20,1% más.
Además, las ventas de modelos diésel cayeron un 15,6% entre enero y octubre en términos interanuales, hasta 61.947 unidades, al tiempo que se matricularon 658.249 vehículos de gasolina, un 12,9% más. Las entregas de 100% eléctricos acumulan una subida del 34,2%, hasta 262.487 unidades.
En octubre, los modelos más demandados en el mercado británico fueron el Ford Puma (4.824 unidades), el Mini (3.779 unidades), el Vauxhall Corsa (3.464 unidades), el Volkswagen Polo (3.426 unidades), el BMW Serie 1 (3.424), el Kia Sportage (3.422), el Peugeot 2008 (3.145), el Audi A3 (3.012 unidades), el Ford Kuga (2.948) y el Volvo XC40 (2.577 unidades).
Hasta octubre de este año, el Ford Puma se sitúa como el modelo más vendido en Reino Unido con 42.136 unidades, seguido del Nissan Qashqai (34.952 unidades), del Vauxhall Corsa (33.641 unidades), del Kia Sportage (31.575) y del Tesla Model Y (30.087).
El ‘top 10’ lo completaron el Hyundai Tucson, con 29.990 unidades; el Nissan Juke, con 27.253 unidades; el Mini, con 26.249 unidades; el Vauxhall Mokka, con 25.473 unidades, y el Audi A3, con 25.452 unidades.