La Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Logística, Transporte y Seguridad Vial (Formaster) y la Confederación Nacional de Autoescuelas (CNAE) han alertado este viernes de que en España se necesitan más de 3.000 profesores de autoescuela y expertos en seguridad vial en “todas y cada una de las provincias”.
“Se trata de un sector en clara recuperación tras los embates de la crisis económica, la Covid-19 y falta de examinadores”, ha indicado CNAE, que hace un llamamiento para fomentar la vocación de formar a los futuros conductores.
Según ha detallado Formaster, en la actualidad, España cuenta con más de 8.000 autoescuelas y centros de formación vial y, anualmente, la Dirección General de Tráfico (DGT) realiza más de dos millones de exámenes para obtener alguna de las licencias de conducir, a lo que se suman los cursos en empresas, de perfeccionamiento y de recuperación por puntos.
Además, Formaster ha apuntado que, con la entrada en vigor en marzo de la nueva Ley de Tráfico, se pondrán en marcha los Cursos de Conducción Segura y Eficiente, cuya superación será compensada con dos puntos en el carné.
“Todos estos datos se traducen en un aumento de las necesidades laborales de esta profesión a corto y medio plazo en un sector que no cuenta con altos niveles de desempleo y que tiene un sueldo medio entre los 25.000 y los 30.000 euros”, ha subrayado.
En este contexto, la asociación ha recordado que quienes quieran ser formadores en seguridad vial necesitan la obtención del Certificado de Profesor de Formación Vial que expide anualmente la DGT a nivel estatal, junto a Trafikoa (País Vasco) y Servei Catalá de Transit (Cataluña).
A principio de año, la DGT hace pública la convocatoria anual para que los alumnos puedan presentarse a las pruebas. Las personas interesadas tienen hasta los primeros días de febrero para poder presentar su solicitud.
REQUISITOS NECESARIOS
Respecto a los requisitos necesarios, la asociación ha señalado que son tener el título de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) o el grado medio de Formación Profesional (FP) y estar en posesión del permiso de clase B en vigor con una antigüedad mínima de dos años.
La preparación para ser profesor de autoescuela necesita la superación de tres fases, según Formaster. La primera de ellas incluye una prueba teórica y una práctica. La teórica es un examen tipo test con una treintena de preguntas sobre seguridad vial, señales y normas relativas a la conducción y en la que no se puede cometer más tres errores. Tras ello se debe realizar una prueba práctica de conducción real (si se dispone del carné C o D, esta prueba queda exenta).
Después de superar estas dos pruebas es el momento de la fase de correspondencia formada por dos exámenes teóricos en los que nuevamente no se puede tener más de tres errores, ha indicado la asociación.
Las asignaturas son las siguientes: Señales y Normas de Circulación, Reglamento de Vehículos Pesador, Seguros del Automóvil, Mecánica, Primeros Auxilios, Seguridad Vial, junto con otras más específicas sobre la Formación como es Pedagogía y Psicología, Normativa Regulatoria del Aprendizaje de la Conducción y Centros de Formación de Conductores. La mitad del temario entra en un examen y la otra mitad en el segundo y hay que aprobar los dos.
Tras la aprobación de esta segunda fase, se accede a unos cursos presenciales impartidos por centros de la DGT, de una duración aproximada de 270 horas y con contenidos más específicos de las asignaturas de la fase anterior pero vistos desde una perspectiva teórico-práctica.
OPORTUNIDAD DE TRABAJO
“Hacen falta unos 3.000 docentes. Estando España entre los países europeos que encabezan el mayor número de parados, sobre todo entre los jóvenes, vemos que en el sector de las autoescuelas hay una gran oportunidad de trabajo”, ha indicado Enrique Lorca, presidente de CNAE.
Además, ha afirmado que la Organización Mundial de la Salud estima que los accidentes de tráfico son una de las peores pandemias a las que se ha enfrentado la humanidad en toda su historia. “Causan verdaderas tragedias, infinito dolor y un perjuicio enorme a la sociedad.
La profesión tiene futuro y es un trabajo muy reconfortante. “Permite conocer gente, la mayor parte joven, familiarizarse con las más modernas tecnologías (sistemas de ayudas a la conducción, simuladores, realidad virtual, herramientas de la comunicación), no hay paro y se trata, insisto, de una profesión de importancia estratégica para la seguridad vial; enseñar a conducir bien salva vidas”.