Un catadióptrico es un elemento retro-reflectante de nombre casi impronunciable que tiene una propiedad muy especial: no sólo refleja la luz (como lo haría, por ejemplo, un espejo), si no que refleja la luz incidente en la misma dirección de incidencia. O dicho de otro modo, refleja la luz incidente hacia la misma dirección en que le llega, devolviéndola directamente al emisor.
Este elemento retro-reflectante permite detectar a tu coche en la oscuridad, y debe encontrarse en perfecto estado de cara a superar la ITV.
Como consecuencia, y en la oscuridad, un elemento catadióptrico es inmediatamente reconocible por cualquier usuario de la vía que lo ilumine con sus faros… porque la práctica totalidad de la luz que cae sobre el catadióptrico se refleja hacia los faros y, grosso modo, también se refleja hacia los ojos del conductor.
En la carretera, existen decenas de elementos catadióptricos, y cada uno utiliza una tecnología de reflexión diferente. Las señales de tráfico, los chalecos reflectantes o muchas líneas blancas de la carretera emplean sustratos catadióptricos.
En un coche, los catadióptricos o captafaros son dos elementos reflectantes de color rojo que deben de estar presentes, de forma obligatoria, en la parte trasera de todos los vehículos. Su propósito, según el reglamento, es «indicar la presencia del coche y ayudar a distinguir y reconocer su forma y dimensiones»
Aunque algunos fabricantes también incorporan catadióptricos en los laterales del coche (sobre todo, en coches de procedencia americana, donde son obligatorios los conocidos como marca-lados o side-markers), en Europa y España sólo son obligatorios los que se sitúan en la parte trasera.
La importancia en la ITV
Aunque la Inspección Técnica de Vehículos es bastante laxa en algunos aspectos relacionados con la iluminación (por ejemplo, el hecho de que algunas lámparas estén fundidas puede considerarse defecto leve, como es el caso de los antinieblas), es extremadamente rigurosa con los catadióptricos, que deben de encontrarse en perfecto estado.
La falta o deterioro de cualquiera de estos dos elementos traseros se va a traducir en una falta grave, con la obligación de proceder a la reparación o sustitución del catadióptrico y la superación de una nueva inspección en un pequeño plazo de tiempo.